lunes, 21 de noviembre de 2011

REFLEXIÓN FINAL

Ante todo y, por sobre todas las cosas, debo reconocer la importancia de haber tenido la oportunidad, durante el transcurso de este año, poder haber vivido la experiencia de ayudantía en los dos cursos que me fueron asignados.
Sostengo que fue una experiencia muy valiosa, que me enriqueció como persona  y, además, me enriqueció en mi condición actual de estudiante ya que, durante el transcurso conocí y viví a flor de piel la realidad de las aulas, lo cotidiano, el momento, el aquí y el ahora del acto educativo.
Si bien el año pasado tuve la oportunidad de realizar un período de observaciones, en el que solo tenía que limitarme a ser espectadora, a este periodo de ayudantía lo valoré mas, lo viví de forma mas intensa ya que generó en mi la responsabilidad de participar ayudando y hasta dar clases a esos alumnos, de los guardo muy lindos recuerdos.

Debo reconocer que esta experiencia me hizo crecer en todos los niveles y al hablar de ese crecimiento creo que debo ser honesta al reconocer que también tengo falencias y dificultades. Una de ellas es, la tan traicionera, inseguridad que al principio padecí. Debo confesar que, durante los primeros momentos de las clases me costaba mucho tomar las riendas de la situación y, si bien no tuve situaciones conflictivas extremas, en algunos casos me costó posicionarme a los alumnos de manera más asimétrica.
Confío en que podré superar este déficit con el paso del tiempo, a medida que vaya adquiriendo más experiencia.

Mas allá de lo expresado anteriormente, debo admitir que creo haber tenido fortaleza en todo este proceso y creo que estuvo muy relacionada a la predisposición que tuve para con los alumnos y la predisposición  a escucharlos respecto a sus opiniones y necesidades y, escuchar también, las sugerencias realizadas por las profesoras titulares, a quienes les agradezco mucho lo que me han enseñado.

Siguiendo con esta reflexión, seria egoísta de mi parte dejar de nombrar a los grupos con los cuales llevé a cabo la experiencia.
En primer lugar, a 4°1° del turno tarde del Colegio Superior N° 50 General José de San Martín, grupo con una cierta particularidad: de ante mano me anunciaron que era un grupo con dificultades, alumnos un tanto rebeldes, difíciles de sobrellevar, con problemas reiterados de conducta a los cuales costaba mucho incentivar.
Toda esta descripción previa anunciada por algunos profesores me atemorizó al principio pero, a medida que pasaba el tiempo, este temor fue diluyéndose. Si bien era un grupo de difícil manejo, con un alto grado de alumnos repitentes, pude entablar con ellos una buena relación. Tan buena fue esa relación que, en una ocasión, la profesora titular se ausentó y me tocó quedarme una hora sola con el grupo. Al principio me sentí insegura pero logré que retomaran el trabajo de la clase anterior y, levantando en algunos casos la voz, logré controlar la situación. Creo que esta vivencia me sirvió para posicionarme frente al curso con más autoridad.
Mas allá de todos los comentarios que llegaron a mis oídos, personalmente yo, no tengo motivos para argumentar negativamente respecto a este grupo. Sí pude observar que me costó mucho incentivarlos pero llegamos a buenos términos sosteniendo una relación de respeto en todo momento.

Un tanto diferente fue el caso de 3°1° (del mismo turno y colegio) con el que compartí menos horas de ayudantías.  El concepto general de este curso que tenían los demás profesores hacia ellos (en su mayoría mujeres) era distinto. Era un grupo mas predispuesto, más accesible y abierto. Esto me consta ya que, al momento de dar mi clase (sobre cheques) la interacción fue diferente comparado con 4°1°. La mayoría de los estudiantes mostraba interés sobre el tema, salvo tres varones que siempre permanecieron en la parte trasera del salón, con los cuales tuve muchas dificultades al tratar de integrarlos. Todos mis intentos fallaron y nunca recibí una respuesta positiva de su parte. No traían nunca su carpeta de trabajo pero, si bien no participaban en la clase, no molestaban ni obstaculizaban la labor.

Ambos grupos tenían dinámicas de trabajo y actitudes diferentes pero, siendo un poco mas crítica, debo mencionar que, a nivel general de lo que viví, en determinadas ocasiones se hace muy dificultoso incentivar a los chicos. Cuesta mucho comenzar y la mayoría de las veces se nota un cierto “desinterés” contra el cual hay que luchar y utilizar todas las herramientas al alcance para combatirlo que, en su defecto, se llega a tener que sobrellevar esto, que es lo mas preocupante.

Más allá de todo lo mencionado anteriormente, no dejo de reconocer que mi experiencia ha sido muy buena en ambos casos. Pocas veces me vi obligada a levantar la voz y conté con el apoyo de alumnos, de los cuales aprendí muchísimo.
La relación con ellos siempre fue buena, y más que nada con el primer grupo (4°1°) con los cuales pude compartir mayor tiempo. Aún así con la impronta y el etiquetamiento previo hacia estos alumnos sostengo  que con ellos nunca tuve conflictos importantes de los cuales tenga que quejarme.
Si bien eran alumnos que siempre estaban a la defensiva y de actitud confrontante, jamás me faltaron el respeto y, cuando intentaron hacerlo, el día que tuve que quedarme sola con ellos, hablando, en buenos términos logré que no lo hicieran.
Durante esa clase, al ver que no estaba la profesora titular creyeron que las cosas serían diferentes y que no iban a trabajar como lo venían haciendo normalmente pero esto no sucedió. Costó al principio, pero luego trabajaron.

Hablando de falta de respeto, se me viene a la memoria una situación en la que uno de los alumnos (el mas catalogado y reconocido del grupo por su mal comportamiento a lo largo del año).
Durante el transcurso de una clase, la profesora titular estaba explicando el pago de varios servicios que los alumnos debían hacer para trabajar con su empresa ficticia. Ella pide que todos los alumnos usaran sus facturas propias para llevar su registro ya que los valores variaban en algunos casos. Este alumno, siempre con una actitud apática hacia todas las actividades propuestas, no estaba trabajando con sus facturas y debido a esto, la profesora, con un tono de voz totalmente normal, le pidió que las sacara de su carpeta para que pudiera trabajar con su material y la respuesta de este alumno, entre risas y con un aire sobrador, fue: “No me jod… No tengo ganas”… a lo que la profesora le reitera el pedido y vuelve a contestar de una manera muy similar. Fue así que, con un tono de voz mucho mas fuerte la docente comienza a discutir con el alumno el cual, no cambiaba de actitud ni de tono. Fue así que luego de esta discusión, la profesora optó avisarle que esto influiría en su nota y lo dejó, dio la clase para el resto del grupo. Lo más curioso fue que, al ver que la docente le daba la clase al resto del alumnado, este alumno rezagado se puso a trabajar sin que nadie se lo pidiera. En el momento en que la profesora tomó una cierta actitud de indiferencia hacia él ¡se puso a trabajar! Y finalizó la clase al mismo ritmo que sus compañeros.
De esta manera y con todo lo sucedido, durante una conversación con la docente que tuve mientras nos retiramos del establecimiento, llegamos a la conclusión que con ese alumno había que tomar esa actitud en determinadas ocasiones ya que, de esa manera, él mismo optaba por trabajar sin necesidad de confrontar ni discutir en medio de la clase.
De todo esto admiro la actitud de la profesora ya que al reflexionar sobre lo ocurrido llegó a la conclusión de cómo debe tratar a este alumno para que trabaje.

En el segundo grupo, no tuve episodios de falta de respeto  pero sí de avisos fuertes por parte de la docente.
Si bien la mayoría de lo alumnos eran muy abiertos, había alumnos que no lo eran tanto.
Como mencioné antes, en el grupo había tres varones que no trabajaron en ningún momento. Estos tres alumnos eran repitentes y su actitud frente a la clase, a lo propuesto era totalmente neutra. Ellos no querían trabajar pero no complicaban el desarrollo de la clase entonces dejaban que los demás alumnos sí lo hicieran.
Durante el desarrollo de todas las clases a las que asistí sucedió lo mismo pero la que mas recuerdo fue una en la que trabajando con la simulación de empresas, se debía completar el legajo de personal de cada una de sus empresas. La mayoría de los alumnos tenía su carpeta de trabajo y estaban dispuestos a trabajar. Estos tres alumnos no la tenían por lo que no podían realizar la tarea. Dada esta situación (casi cotidiana por comentarios de la profesora titular) la docente a cargo de la clase se acerca y les habla una vez más. La actitud fue frontal y en esa conversación les dio como una especie de ultimátum. Les pidió que para la clase siguiente tenían que, por lo menos, traer la carpeta ya que ella lleva un control de cada uno de los alumnos, sobre las tareas realizadas y, de ellos no podía obtener notas ya que nunca realizaban las actividades. Avisó que de no ser así, su situación con la materia se complicaría aun más.
Los alumnos la escucharon atentamente y en ningún momento objetaron o hicieron algún comentario contrario sobre el aviso que la profesora les había hecho.
Fue así que, después de este aviso, la clase se inicio y se llevó a cabo con los alumnos que sí tenían el material de trabajo. Los tres alumnos mencionados no trabajaron pero no obstaculizaron el desarrollo de la clase que, dentro de todo lo malo de la situación, es un aspecto positivo ya que dejaron que sus demás compañeros sí trabajaran. Permanecieron toda la clase en silencio.
Terminada la clase, en una charla amena con la profesora, ella me remarcó su preocupación con respecto a los alumnos. Me contó que no es la primera vez que llama la atención de estos tres chicos y que, cada vez que lo hizo, nunca tuvo una respuesta positiva de parte de ellos. Agotó, según ella, todas las estrategias de incentivo posible pero no sabe qué mas hacer por lo que opta por ponerles un poco de presión respecto de la nota de cierre de trimestre de la materia pero tampoco ha conseguido resultados favorables. “El interés de estos alumnos es nulo”, mencionó en un momento. Y, por lo poco que los he conocido me atrevo a darle la razón a la profesora en ese sentido. Tal es así que a la clase siguiente, solo uno de los tres alumnos en cuestión trajo su carpeta de trabajo, los demás parece que no cambiaron su actitud.
Esta situación me llamó mucho la atención al ver el grado de desinterés total que tenían estos alumnos y sostiene lo que vengo planteando anteriormente sobre la falta de entusiasmo de los alumnos con respecto al trabajo en clase.

Concluyo en que, muchas veces, por más que la profesora se esfuerce por ayudar e incentivar a los alumnos con el trabajo, si el alumno no aporta su cuota mínima de dedicación, todos estos esfuerzos serán en vano.

Otro aspecto que no he mencionado y que merece importancia es el de la institución.
Por lo vivido en ella debo contar que me gusta, me pareció un lugar muy apacible.
En primer momento me sentía algo de timidez al ser nueva en el ambiente del colegio y me costaba mucho, por ejemplo, entrar a la sala de profesores. Prefería quedarme afuera por miedo a evadir u ocupar un lugar que no me correspondía. Me sentía algo así como un “sapo de otro pozo”. Pero, a esta dificultad pronto logré superarla gracias a la invitación constante de la profesora con la cual trabajé primero. Fui muy bien recibida en este sector, conocí varios profesores y pude mantener charlar con ellos mediadas por algún café o mate que se me convidaba.
Fue muy agradable haber pasado todo este tiempo ahí. Me hizo conocer otra realidad ya que, como siempre cuento, mi cursada de secundario la realicé en mi pueblo pequeño y, los grupos de secundario de cada año son muy limitados. La mayoría no supera los veinte alumnos y poder haber hecho ayudantías en un secundario de mayores dimensiones me sirvió para conocer una nueva realidad y para trabajar con grupos de alumnos que, si bien no son tan numerosos, sí lo son en comparación a lo que he vivido.
Si bien mi idea, hoy por hoy,  es volver a mi lugar de residencia de origen a trabajar, no descarto nunca la posibilidad de trabajar en esta institución ya que, las vueltas de la vida hacen que todo lo planeado a veces sea diferente en la realidad. Y si tuviera que trabajar en el Colegio Superior N° 50 lo haría con todo gusto. Me sentí muy cómoda allí.

Personalmente, si me tuviera que describirme como futura docente mencionaría los siguientes calificativos:
-          Predispuesta.
-          Responsable.
-          Colaboradora.

Y si me preguntaran que pienso sobre mi concepción de educación citaría a:

-          “El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas”.
 Paulo Freire.

-          Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre
Paulo Freire.

-          Enseñar no se hace sólo de ciencia y técnica. Se requieren otras cosas, como respeto, tolerancia, humildad, el gusto por la alegría y la vida, la apertura a lo nuevo, la disponibilidad al cambio, la perseverancia, el rechazo a los fatalismos, la identificación con la esperanza y la apertura a la justicia. 
Hugo Sánchez Morales.


Preocupaciones respecto de la profesión docente.
-          Pérdida de autoridad, respeto y de valor de la profesión docente.
-          Pérdida del apoyo y la comunicación docente-familia.
-          Ampliación de sus funciones y responsabilidades sin apoyo de autoridades estatales.
-          Desentendimiento del Estado.
-          Crecimiento de la violencia por parte los alumnos y desinterés por parte de ellos.


Necesidades educativas.
Las necesidades que, a mi criterio, son las que se viven actualmente es el desentendimiento de las familias para con sus hijos en el ámbito no solo escolar, sino también en la vida extra escolar. Creo que esta es la base de todos, o la mayoría, de los conflictos que se viven hoy a diario en nuestras aulas. Los alumnos, muchas veces no se encuentran apoyados por sus familias como tampoco lo están los mismos docentes.
La escuela se ha convertido en un lugar de asistencia, ampliando sus funciones originales, para la cual fue creada. Somos testigos a diario de casos de alumnos violentos, que sufren necesidades básicas y demás cuestiones que dificultan y desvían la tarea docente de enseñar.
Es la realidad existente en las aulas actuales.



Agradezco a mis profesoras de Taller III, a las Profesoras que me permitieron trabajar en sus clases.
A mis compañeras por la ayuda y por el vínculo que logramos.






Lucrecia Rodriguez
3° Año Profesorado de Administración
2011


domingo, 20 de noviembre de 2011

TRÍPTICO


DIDÁCTICA PARA GOURMETS - Marta Glinka

Después de leer el texto, puedo decir que en un futuro me gustaría ser una “buena anfitriona” docente; seleccionando cuidadosamente el “alimento al que invita”, ósea elegir cuidadosamente los contenidos que voy a ofrecer a mis alumnos, poder satisfacer sus deseos, y si es posible dar y exigir lo mejor y en cantidad y evitar todo aquello que perturbe la armonía de lo que se presente en esa “mesa” (aula) que debe estar integrada a su contexto sociocultural.
Entonces, los docentes, somos los responsables de aquello que llevamos a nuestra mesa, a nuestra aula y también, de la forma en que “los comensales” puedan ingerir nuestros alimentos. Hoy en día, unos de nuestros problemas es la falta de interés por “alimentarse” de conocimientos, ya que muchos se dedican a brindar no más que comida chatarra y bebidas que no contienen los nutrientes necesarios para poder tener una gran diversidad de buenos conocimientos, y a raíz de esto obviamente se ah bajado de nivel, comenzamos a desnutrirnos. Sería importante por supuesto que el sistema modifique este faltante de “gula”.
Pero por otro lado, no es buena la gula en exceso,  y además el alumno, “el comensal” ha sido consecuencia de un acto dietético que lo lleva a no estar conforme con los que se les brinda y a querer tener acceso al conocimiento. Pero es importante no llegar  a la “gula, ya que disminuye las ansias a fuerza de proveer lo que consideramos malo y escaso.
Para terminar…. “NADA VUELVE AL HOMBRE MÁS INTELIGENTE QUE LA BUENA COMIDA Y EL GOZO” (B.A. Grimod de la Reynière).

sábado, 19 de noviembre de 2011

ANEXO DE CLASE II

Durante mi tiempo de ayudantías en este curso, los alumnos tuvieron que liquidarle el sueldo a su empleado y no contaban con fondos suficientes para hacerlo. Dada esta situación, la profesora propuso que nos “vendan” a nosotras diferentes productos de su empresa  para obtener la cantidad de dinero que necesitaban.
Es así que nos realizaron la venta y la correspondiente facturación a nuestro nombre y les pagamos con dinero de la profesora.
Demostración de esta actividad es la siguiente factura que una de las alumnas me entregó:


REFLEXIÓN DE CLASE II

Durante el inicio de la clase me sentí mucho más nerviosa que en la primera clase con el grupo anterior, debido a que tuve menos tiempo para conocer al grupo y su dinámica de trabajo.
Aun así, y dada esta situación, con el transcurso de la clase fui tomando confianza de mi misma y de los alumnos ya que estos demostraban una actitud positiva frente al trabajo.
Durante la clase, la mayoría de los estudiantes (excepto tres alumnos que se encontraban en el fondo del salón, que no demostraron interés alguno en todo el tiempo que realicé la ayudantía y a los que fue muy difícil incentivarlos, obteniendo en la mayoría de los casos respuesta negativa por parte de ellos) a diferencia de los del otro grupo, estuvieron mucho mas predispuestos al trabajo.
Al notar que me sentía nerviosa me ayudaron y hasta, en un momento lo comentaron y fue motivo de risas entre nosotros.
La verdad, debo decir que, a pesar de haber compartido poco tiempo con este grupo, me llevé un muy lindo recuerdo de todos ellos. Me hicieron sentir muy cómoda a pesar de mi intranquilidad por la situación de observación hacia mi y demás.

APUNTE TEÓRICO DE CHEQUES

CHEQUE

CONCEPTO: orden de pago librada contra un banco, en el cual el librador tiene fondos depositados a su orden o autorización para girar en descubierto, en una cuenta corriente.
® Orden de pago: Orden que le da el titular de una cuenta corriente al banco para que le pague el monto estipulado a la persona que se presente con el cheque.
® Librada: Emitida.
® Librador: Titular de una cuenta corriente, emisor del cheque, firmante.
® Giro en descubierto: Autorización que el banco le otorga al cliente para poder emitir cheques por un importe superior a los fondos existentes en su cuenta. El cliente debe pagar intereses por este acuerdo.

BENEFICIOS DEL CHEQUE:
· Evita riesgos que significa manejar dinero en efectivo.
· Es prueba del pago realizado y queda registrado en el banco
· Permite realizar pagos entre personas ubicadas en diferentes lugares.




PERSONAS QUE INTERVIENEN.

Librador o Firmante
Persona que emite el cheque y ordena su pago.
Banco
Institución contra la cual se ha librado el cheque y que debe pagarlo.
Beneficiario
Persona que recibe el cheque y puede cobrarlo.
Endosante
Persona que transfiere el cheque por medio del endoso.



ENDOSO.
El cheque extendido a favor de una persona determinada, que no posea la cláusula “no a la orden”, será transmitible por endoso.
El endoso es la transferencia a otra persona de un derecho a cobrar. Se realiza mediante la firma del que transfiere el documento, sus nombres y apellidos completos o la denominación de la persona jurídica a la que representa, su N° de documento de identidad o el C.U.I.T., según corresponda. Se debe especificar también la fecha.
El endoso es limitado para el cheque común y para el cheque diferido:


RECHAZO DE CHEQUES POR PARTE DEL BANCO. CAUSAS.
Los motivos por los cuales un banco puede rechazar un cheque son los siguientes:


PLANIFICACIÓN DE CLASE II

INSTITUTO SUPERIOR DE PROFESORADO N°19
TALLER DE DOCENCIA III

COLEGIO: Superior N°50, General  José de San Martín.
ESPACIO CURRICULAR: Teoría y Gestión de las Organizaciones.
CURSO: 3° Primera.
ALUMNA PRACTICANTE: Lucrecia Rodriguez.
TEMA: Cheques.
TIEMPO: 80 min.
FECHA: 09 de Noviembre.

INICIO.
Iniciando la clase, la ayudante presentará el tema “Cheques” y se realizará una indagación previa al tema a los alumnos para extraer ideas e inquietudes que ellos puedan llegar a tener.
Preguntas que se pueden realizar:
¿Conocen cheques?, ¿tienen idea de para qué sirve?, ¿podrían completar uno? 

DESARROLLO.
Teniendo en cuenta las ideas previas comentadas por los alumnos, se proseguirá con la explicación del tema: conceptos básicos, clasificaciones, tipos y datos relacionados, con un cheque en tamaño mayor, igual al que ellos utilizan para su trabajo, realizado en una cartulina a modo de apoyatura visual. A continuación, un ejemplar:


BCO. A QUINTO

5to 1ra
BCO. A QUINTO
$..........................

      $................................
Rufino,…….de……………………………………………....de 20……………………

El día…………………..de…………………………………….de 20……………………
Páguese por este cheque a…………………………………………………………
La cantidad de pesos………………………………………………………………….
    Cheque N°………………….
……………………………………………………………………………………………………

    C.U.I.T………………………..
N° de Cta.:
…….…………………….
N° de cheque

N° de C.U.I.T.
Firma


Todo lo anterior nombrado será explicado a los alumnos, siguiendo estos el tema con un apunte teórico que se les entregará para ir siguiendo la clase. Además, se los invitará a cada momento a ir leyendo el apunte en forma conjunta para que sea una clase participativa.
Una vez leído el apunte y habiendo repasado las nociones generales de manera conjunta, se los invitará a los alumnos a que usen uno de los cheques que tienen entregados por su banco y, en combinación con el trabajo que ellos realizan sobre sus empresas ficticias, se procederá a realizar una compra y pago se realizará utilizando un cheque a modo de ejemplificación de lo explicado anteriormente.
Los alumnos, sentados de a dos, realizarán una venta, entre sí, completarán su cheque.
Se les aclarará, las condiciones que hay que tener en cuenta para emitir un cheque, como por ejemplo, el saldo bancario y demás datos.

CIERRE.
Una vez que el cheque ha sido confeccionado se les preguntará a los alumnos si tienen dudas y se los invitará a hacer las consultas que necesiten.